Salida a Almeida (Zamora). Agosto

Eventos

Primera invitación de un Ayuntamiento al Club para asistir a las fiestas… De los 19 coches que se esperaban solo nos presentamos 13 (bonito número). Los gran ausentes fueron los del Club de Zamora 2CV y el de Valencia, que tuvo una avería 40 kms. antes de llegar a Salamanca.

Nos presentamos en Almeida mas pronto de lo esperado, por lo que nos damos unas ronda por los bares del pueblo, se nota que estos coches corren mucho. Tuvimos la suerte de ver el Baile de la Bandera. A continuación nos fuimos al embalse y allí muchos no se cortaron y se bañaron, que por cierto poco tiempo, ya que teníamos que buscar los tres tostones que se habían reservado.

Una vez cargados los tres tostones en los coches de Miguel y Alberto, nos dirigimos a la casa de Miguel para darle diente a tan preciados manjares. Nos pusimos las botas, muchos hacía años que no probábamos un tostón tan bien cocinado, se nota que en los pueblos, al sistema tradicional, es el lugar ideal para comer comida tradiconal. Bueno, pues la gente mas joven también aprovechó a bañarse en la piscina, y también gente no tan joven como Fermín y Paz, ésta individua ya se bañó en el pantano pero parece que repetió para refrescarse del calor. Muchas mujeres criticaron a sus maridos por no avisarlas de que en el programa se explicaba lo del baño y las pobres no fueron preparadas, osea que a ver si a la próxima se informa sobre lo del baño..

Allí, en la comida ya se notaba el buen ambiente y que acompañado por el buen vino de la zona y los licores que ofreció Miguel de Salamanca, nos fueron poniendo todos a tono. Después de la comida fuimos al Bar que esta en la plaza del pueblo, que tuvo la gentileza de invitarnos a todos al café, falta nos hacía para ponernos mas serenos.

Después, nos dirigimos al Ayuntamiento donde nos esperan varios concejales y el Alcalde, que entrega una Placa de recuerdo al Club 2cv de Salamanca por su participación en las fiestas y el Club pues una placa al Ayuntamiento por invitarnos.

Después, algunos bicaballistas se fueron, principalmente los que vinieron de mas lejos, por lo que los que pensamos ir a Ledesma, y pasar la tarde-noche, donde debido a lo que ya teniamos en el cuerpo o las ganas de juerga allí se preparó el escándolo.

Martín con su coche verde -impecable- hizo el furor en las calles del pueblo. Imitó tan bien con su coche una vaquilla, con esos acelerones, movimientos laterales que nos «acojonó» lo bien que controlaba su coche, y hasta nos tuvimos que esconder en los huecos de las calles para que no nos cogiera el «toro», a la voz de las personas que nos encontrábamos allí de «olé oleeeeeeeeeeee».

Llegamos al a Plaza y por votación democrática unos decidieron irse al bar para completar el grado de locura en su cuerpo y otros nos fuimos de turismo al museo de la Iglesia. Los que fuimos al museo religioso se nos olvidó el famoso «libro» que la persona que explicaba las cosas tanto nos insistió.. algunos hasta hemos tenido sueños sobre ese libro jajaja. Como el señor -entrado en edad de la sabiduria- no hacia que explicarnos y recordarnos el «libro» pues que nos tiramos casi dos horas, lo que provocó que nuestros compañeros/as que no les apetecía los aspectos religiosos y después de recorrer todo el pueblo nos los encontramos en la salida de la Iglesia, comiéndose el embutido que nos regalaron en Almeida… se nota que no perdieron el tiempo, ya que se habían zampado mas de la mitad.

Ante esta situación, los unos que estábamos hartos de que nos recordaran el «libro» de la Iglesia y los otros ya estaban medio cenados, pues tomamos la sabia decisión de dar unas vueltas por las calles del pueblo, encañonados por nuestros claxon, hasta que nuestras cabras dan una vuelta al exterior de la plaza de torosy luegollegamos a un lugar del pueblo, ideal para zamparnos el resto de embutido, un bar que no recuerdo su nombre, pero no olvidamos el buen queso, vino y el café realizado en puchero, todo tradicional, excelente e increible precio de económico.

En este sitio, nos lo pasamos, entre risas, las mozas que pasaban a nuestro lado y que Martín no dejaba de piropear, se notaba que estábamos todos contentos y que desde luego ha sido la mejor forma de termina esta salida a Almeida.

Y ya, el regreso por la noche a Salamanca, esperando pronto otra salida, que hay que repetirlo.